viernes, 13 de julio de 2012

Her.

Como cada día que paso a su lado, éste no iba a ser una excepción y fue realmente magnífico. Qué pena que mañana ya la tenga de nuevo a más de trescientos kilómetros de mí, pero... ¡todavía queda mucho verano por delante! Y con ello muchos días por delante que pasar juntas, o al menos ¡ESO ESPERO! Ya que a lo largo del año por nuestras obligaciones estudiantiles y de más nos impiden vernos tanto como quisiéramos... ¡habrá que aprovechar al máximo el verano! Digo yo :))) 
Me río en la cara de todo aquel que alguna vez ha dicho que las relaciones de amistad a distancia no se pueden mantener porque la nuestra ya va en camino de cumplir su cuarto año, aunque para eso hacen falta unos cuantos meses que superar pero vamos... que sí. ¡JA, JA, JA! esto va para largo, nunca se acabará, lo sé :)
Aquí van las fotos de nuestra tarde por el parque de la Ciutadella ;))



















Sólo me queda decir una cosa que te la sabes de memoria y sin ella y es que... ¡TE QUIERO!

miércoles, 11 de julio de 2012

1 año después


Parece mentira que haya pasado nada más y nada menos que un año desde aquel once de julio de dos mil once, día en que cumplí un sueño el cual llevaba persiguiendo a lo largo de los últimos cuatro años de mi vida. Y fue... Totalmente reconfortante. No pudo ser más perfecto. Fue uno de los conciertos más maravillosos que he podido presenciar en mi vida, no voy a decir el mejor porque gracias a (Dios) llevo muchos tras la espalda y muchos de ellos han marcado un antes y un después en mi vida, pero sí decir que fue uno de los más especiales, por toda la ilusión que conllevaba, a soñar siempre despierta imaginándome a mí en un concierto suyo, ver en primera persona a esa mujer que yo considero como mi diosa personal moviendo su cabellera roja/naranja/amarilla de lado a lado al igual que toda ella, puro nervio. Por supuesto no voy a dejar de lado a los dos bombones que tocan guitarra y bajo. Quizá un poco de desilusión fue el hecho no verles como eran antes, la primera formación, aquella con la que les conocí cinco años atrás, esa formación que, debido a lo que han tardado en pasarse por España, no he tenido oportunidad de disfrutar en primera persona pero que de todas formas... no le quitó el mérito alguno. Me lo pasé, mejor, imposible.

Ir ese once de julio a Madrid conllevaba nueve horas de autobús desde Barcelona, ciudad en la que resido, pero que al final acabaron siendo diez por todos los problemas que hubieron en el trayecto, personas que se montaron en el autobús que no les tocaba, atascos... ya sabéis... cosas de circulación.
Pero al fin, a las diez de la mañana pisé suelo madrileño y con ello los nervios que llevaba desde que compré la entrada, cuando recordaba los días que quedaban, días previos al viaje... aumentaron enormemente. Ir a ese estadio, al Palacio Vistalegre de Madrid conllevaba a compartir un sueño enormemente perseguido con personas a las que llevaba mucho tiempo conociendo y que, por motivos de distancia, no había visto una sola vez tan si quiera.
Las horas pasaban eternas, no recordaba una cola tan sofocante desde el primer concierto de Tokio Hotel al que tuve oportunidad de ir, en pleno julio, a treinta y cinco grados durante más de diez horas, con miles de personas a todos lados, sintiéndome afortunada por estar ni muy detrás ni tampoco muy delante de la cola, si no que todo a su justa medida, rociandonos crema solar y agua a montones, los de la compañía de telefonía Orange, muy majos todos, nos rociaban con agua helada en forma de aspersor desde unos bidones, nos proporcionaron paraguas enormes para grupos de tres/cuatro personas... todo perfecto. El tiempo pasaba, los nervios y la histeria iban en aumento.
Llegaba el momento en el que abrían las puertas, fue pura agonía, enserio, tener a mis cinco amigas cogidas en diagonal rodeadas por todos lados de gente que nos aprisionaban, una de nosotras se separó para saludar a una amiga, con ello la desesperación de no volverla a ver aumentó dado que la gente nos empujaba hacia adelante y dudábamos que la recuperásemos, pero al final volvió con nosotras. Entramos unidas, pasando por un control de seguridad para asegurarse que no llevábamos ni agua ni comida dentro del recinto y si llevabas botellas, te obligaban a quitarle el tapón. Facepalm.

Las horas y los minutos pasaban, llegaron los teloneros, Day Of Rising, poca atención les presté, como es normal, sólo quería que se apagasen las luces y que los primeros acordes de Taylor y Jeremy sonasen, que saliese Hayley a darlo todo y empezase todo POR FIN. El momento llegó, lloré, lloré muchísimo.

18 canciones, a cada cual más perfecta, miles de imágenes grabadas en mi mente, imágenes que hoy día al recordarlas todavía me estremezco, y dudo que logre olvidarlas en la vida, ojalá que eso no pase. No quiero olvidar un día tan loco pero tan maravilloso a la vez en mi vida.
Simplemente... decirles a Paramore GRACIAS, no puedo decirles nada más, me hicisteis MUY FELIZ esa noche, sólo espero no tener que esperar otros cuatro largos años hasta una segunda vez, ojalá y tengáis compasión de todos los españoles que viajamos desde toda España única y exclusivamente a veros en directo.


11 de julio de 2011; Palacio Vistalegre de Madrid; Paramore; INOLVIDABLE.


martes, 10 de julio de 2012

Clara;Ohiane;Raquel


































Ese momento en el que te encuentras con aquellas personas que, por consecuencias de la vida, no puedes ver a diario o de poco en poco si no todo lo contrario, de mucho en mucho, pero todo se traduce a momentos de risas, tonterías, hablar sin cesar y miles de cosas más, posiblemente estúpidas a ojos ajenos pero para nosotros son lo más maravilloso que nos puede estar pasando en ese preciso momento. Quizá no haya plan previo, pero como muy bien alguien MUY IMPORTANTE en mi vida no para de repetirme: "todo tiene que ser improvisado, si lo planeas igual hasta se fastidia", quizá llegue un punto en el cual quizá todo se torne aburrido por no estar haciendo nada fuera de lo normal como puede ser una simple conversación tras otra pero que en cambio te sientes a gusto, cómodo, con aquellas personas a las que quieres y que no quieres dejar de ver algún día cuando todo tome su rumbo normal y la rutina se manifieste de nuevo durante largos, duros e interminables meses, pero siempre con esperanza de una segunda, tercera, cuarta, quinta... vez. Una detrás de otra. Siempre la misma canción, siempre el mismo lugar, siempre las mismas personas, aquellas a las cuales solo puedes decirles "gracias" por ser como son, por tratarte cual príncipe trata a su princesa, por regalarte sonrisas sin esperar nada a cambio, simplemente hacerte pasar buenos e inolvidables momentos que, a pesar de que pasen años, seguirás y seguirás recordando como si fuese ayer y digas eso tan común de: "ay que ver, parece que fue ayer..." y tu mente se desplace inconscientemente a ese momento.




Simplemente... GRACIAS