miércoles, 27 de junio de 2012

27O6O8 - 27O612 - ∞


4 años... demasiado lejos pero a la vez tan cercano... parece mentira que haya pasado tanto tiempo desde que subí al cielo por la felicidad extrema que experimenté aquel viernes veintisiete de junio de dos mil ocho, demasiadas horas de calor en pleno verano, alucinaciones provocadas por ésta, una cola eterna, agobio, gritos, desesperación, mirando cada dos por tres el reloj pensando que pasaba el tiempo y si quiera habían pasado cinco minutos desde la última vez que lo consulté.
Muchas personas las cuales, a pesar de no conocer de absolutamente nada, me ofrecieron amparo tanto a nivel de alimentación, bebida, abrigo para por la noche... en fin, un cúmulo de cosas que, solo las personas que experimentan dicha experiencia, saben, no hay palabras para describirlo, como tampoco las hay para describir lo que sentí cuando les vi por primera vez delante de mí, eran de carne y hueso, no estaba viendo, como otras muchas, un concierto por el ordenador, esa vez podría gritarles y recibir una sonrisa de su parte sabiendo que se dirigían, quizá, a mí o al menos al cúmulo de personas que estaban a mi alrededor y un ápice, por mínimo que fuese, para mí, fue maravilloso, cada canción, cada palabra, cada movimiento, cada nota, cada luz, cada confeti... todo, tot, alles, everything... 
4 años, 1.464 días, 35.136 horas, 2.108.160 minutos, 126.489.600 segundos... miles de almas y corazones radiantes de ilusión y emoción, cumpliendo su sueño, esa noche, 4 chicos, 1 grupo, 2 palabras, nuestros dioses, nuestro sueño, nuestra vida. Tokio Hotel, os debo DEMASIADO, puede que todo haya cambiado pero el sentimiento sigue ahí, presente hasta el resto de mis días, gracias por hacerme soñar dos veces en mi vida, aquel veintisiete de junio de dos mil ocho por primera vez y aquel cinco de abril de dos mil diez por vez segunda, espero que pronto pueda decir y presumir de una tercera... os amo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Almas